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Aliméntate bien para evitar padecer de dislipidemia

La dislipidemia es una alteración que se manifiesta en la concentración anormal de grasas en la sangre, (generalmente colesterol y triglicéridos). Se puede dar por factores hereditarios (hay personas delgadas que la padecen); sin embargo, la gran mayoría que vive con ella, es por consumir una dieta en grasas especialmente la animal.

El doctor Johny Castillo, de la dirección de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Caja de Seguro Social (CSS) señaló que las llamadas "grasas malas" predisponen a ciertas enfermedades.

Riesgos

Indica que la dislipidemia es asintomática, (padeciendo de ella y no tener sospechas), al menos que se descubra por medio de exámenes rutinarios de laboratorio; sin embargo, se pueden observar síntomas cuando ya se tiene varios años padeciéndola, acompañando de complicaciones como la obesidad, diabetes e hipertensión.

Otro riesgo, es el desarrollar una enfermedad cardiaca al formarse depósitos grasos en los vasos sanguíneos, que obstaculizando el flujo de sangre por las arterias, dificultando que el corazón reciba todo el oxígeno que necesita, aumentando el riesgo de un ataque cardiaco. El hecho también que llegue menos sangre al cerebro, puede provocar un accidente cerebrovascular.

Recomendaciones Se recomienda realizarse por lo menos una vez año, exámenes de laboratorio para determinar si se está sufriendo de dislipidemia y dejar atrás la vida sedentaria y volcarse a la realización de actividades físicas

Se debería realizar un mínimo de 150 minutos de ejercicio moderado, distribuido en un tiempo de tres a cinco días por semana.

En la alimentación es necesario eliminar las comidas chatarras, alimentos procesados, embutidos y fortalecer el consumo de frutas y verduras. El llevar este tipo dieta no resulta difícil pues los alimentos antes mencionados se encuentran en los supermercados, ferias libres y tiendas tales como: papaya, melón, sandía, las verduras y el aceite de oliva virgen, que contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y aumenta los del colesterol HDL (colesterol bueno).

Las comidas se deben dividir en cinco porciones: un desayuno, una merienda; almuerzo, una merienda y la cena, pero en porciones pequeñas incluyendo siempre una fruta. Las meriendas pueden ser una colación de frutas como la manzana o un guineo, permitiendo mantener la energía entre comidas.

Es importante mantenerse hidratado, bebiendo mucha agua, durante todo el día. Quienes están en oficina (con aire refrigerado), no perciben que se pueden estar deshidratando; pero bajo estas condiciones, también se pierde mucho líquido.

FUENTE: Luis Diaz