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¿Por qué los huevos y los conejos son símbolos de la Pascua?

En muchísimos países, la Semana Santa es celebrada con huevos de chocolate y adornos de conejos. Pero, todo el mundo sabe que los conejos no ponen huevos. Entonces, ¿Por qué esos dos elementos son símbolos de la Pascua?

Bueno, esa es una larga historia. La celebración de la Pascua es esencialmente una convergencia de varias costumbres cristianas mezcladas con otras costumbres de religiones paganas.

HUEVOS

El huevo es una tradición muy antigua. Surgió antes de Jesús.

En Europa, las personas intercambiaban huevos el día 21 de marzo para celebrar el fin del invierno y el inicio de la primavera. Cuando la Pascua cristiana empezó a ser celebrada, el cambio de huevos, una tradición que ya existía, comenzó a hacer parte de la Semana Santa de muchos países. Pero, en esa época, las personas intercambiaban huevos de gallina adornados y no esos ricos huevos de chocolate que conocemos hoy. Esa tradición de los huevos de chocolate comenzó en Francia y, a partir de lo siglo XIX, los huevos dulces pasaron a ser el mayor símbolo de la Pascua.

Fue a partir de allí que los cristianos pasaron a ver los huevos como símbolo de la resurrección de Jesús. Muchos libros religiosos empezaron a afirmar que el huevo simboliza la vida nueva y algunas leyendas surgieron para justificar la presencia de ese rico alimento en la conmemoración.

Una de las historias afirma que Simón, un supuesto hombre que ayudó Cristo a llevar la cruz hacia el calvario, fue un vendedor de huevos. Al regresar a la casa, después de la crucificación, ese hombre percibió que sus huevos estaban todos adornados y pintados de diversos colores. Como un milagro.

¿Y EL CONEJO?

El conejo fue, por mucho tiempo, el símbolo de la fertilidad en el antiguo Egipto. Pero, en este nuevo marco, surgió una nueva leyenda para explicar la presencia del conejo en las fiestas cristianas.

Los alemanes compartieron la historia de una mujer muy pobre, que no tenía dinero suficiente para ofrecer dulces a sus hijos, entonces escondió en el jardín diversos huevos decorados. Los niños, al ver un conejo, creyeron que él había puesto los huevos.

Desde esa fecha, los niños de todo el mundo, creen que los huevos coloridos y rellenos de dulce son regalos de los conejos. Por eso, pasan toda la Semana Santa a la espera de los huevos del conejito de Pascua.