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Reconocen aporte de impuesto a bebidas azucaradas ante falta de salud preventiva

Una creciente población panameña afectada por diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, asociados a la ingesta de azúcar, ha derivado en la propuesta de gravar con un 8 % en Panamá las bebidas azucaradas, iniciativa que ha despertado interés en la sociedad por la falta de políticas alimentarias y prevención.

"El país empieza a tomar acciones para controlar sus indicadores de salud. Esta propuesta de ley que busca implementar impuestos a bebidas azucaradas no es una solución, pero ayudará a concienciar a la población del problema", dijo a Efe la presidenta de la Asociación Panameña de Nutricionistas y Dietistas, Myrna Mencomo.

La especialista en nutrición pediátrica y de adultos enfatizó que la prevención se dejó olvidada y que el principal ente de salud del país no trabajó como debía, por lo que consideró que el proyecto impulsado por la presidenta y diputada de la Asamblea Nacional, Yanibel Ábrego, y el diputado Javier Ortega, es una iniciativa favorable.

Recientemente la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea acogió para su discusión el proyecto de ley, que agrega al Código Fiscal el establecimiento de un impuesto del 8 % en bebidas azucaradas sobre el precio de venta en productos nacionales e importados como gaseosas, jugos de frutas procesados y envasados no naturales y bebidas energéticas.

Plantea que las recaudaciones captadas se dividirán en un 75 % al Instituto Oncológico Nacional (ION) para la compra de equipos tecnológicos y adiestramiento de los profesionales; y el otro 25 % será asignado al Ministerio de Salud (Minsa) para la prevención y tratamiento de los pacientes con diabetes.

Pero antes de que ese proyecto sea avalado, Mencomo sostuvo que el Ministerio de Salud en la actualidad está destinando la mayoría de su presupuesto a curar enfermedades que pudieron ser evitadas en campañas de prevención contra los malos hábitos de alimentación.

En cuanto a los hábitos panameños la representante de la asociación manifestó que los padres acostumbran a dar a sus hijos bebidas envasadas en vez de jugos naturales o agua, una actitud lamentable que no cree que cambie aunque se implemente el gravamen.

Indicó que la calidad de vida de una persona, especialmente un niño con diabetes, empeora al presentarse nuevos problemas que pudiesen afectar sus órganos, lo que requiere cuidados, una alimentación especial e implica dependencia de medicamentos.

"Las instituciones sanitarias deben examinar el ambiente que rodea a los panameños, el estilo de vida agitado, la gran diversidad de bebidas que hay en el mercado y la poca actividad física que se realiza, para comprender los males que están causando estragos", alertó.

Como referencia de la cantidad de edulcorante que posee una bebida, explicó que una gaseosa de 48 onzas contiene 128 gramos de azúcar, una bebida energética de 15 onzas 54 gramos de azúcar, un vaso de leche de 8 onzas 12 gramos de azúcar, y una botella de agua de 16 onzas no contiene azúcar.

Por ello la doctora recomendó incluir en el proyecto el etiquetado de las bebidas con información sobre las consecuencias que puede causar el consumir el producto en exceso, tal como ocurre con los cigarrillos.

En Panamá, el Censo de Salud Preventiva ejecutado desde 2015 revela que la mala alimentación y el estilo de vida sedentario han provocado que las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) sean la causa de muerte cerca del 65 % de los panameños.

De todos los ciudadanos censados hasta ahora, el 43 % padece obesidad o sobrepeso, el 38 % hiperlipidemias, el 36 % hipertensión arterial, el 14 % diabetes y el 3,2 % enfermedades renales.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países de ingresos medios y bajos, entre los que se encuentra Panamá, aglutinan el 75 % de las muertes por ENT, es decir, cada año fallecen en estos países 28 millones de personas víctimas de las también conocidas como enfermedades crónicas.

FUENTE: EFE