Corea del Sur Internacionales - 

El optimismo y la cautela imperan tras la oferta de diálogo norcoreana

El optimismo y la cautela imperaron hoy tras el anuncio norcoreano de que dialogará sobre su desnuclearización, un paso muy importante que, sin embargo, no hace olvidar los malos antecedentes del régimen a la hora de negociar.

El propio presidente surcoreano, Moon Jae-in, trató de no mostrarse hoy muy optimista al reunirse con representantes de la oposición con el fin de tratar el anuncio de que Pyongyang se ha ofrecido a hablar con Washington para negociar el abandono de su arsenal nuclear si se garantiza la supervivencia del régimen.

La noticia la dio el martes la delegación surcoreana que se reunió con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Pyongyang, en una misión que se ha enmarcado en el deshielo que han protagonizado ambos vecinos, técnicamente aún en guerra, en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en territorio sureño.

El presidente Moon consideró que el anuncio es tan solo "un punto de partida" y aseguró que por el momento no tiene ningún plan de pedir el alivio de sanciones contra el régimen norcoreano, en línea con la estrategia de diálogo y presión que ha mantenido con Pyongyang desde que llegó al poder en mayo pasado.

Más duro fue el líder de la oposición conservadora surcoreana, Hong Yoon-pyo, que acusó a Kim Jong-un de estar engañando a la comunidad internacional con su propuesta "al igual que hizo Hitler en 1938 con los Acuerdos de Munich", considerados como un gran intento fallido para apaciguar a la Alemania Nazi.

Hong, presidente del bloque conservador que gobernó hasta el año pasado y cuya década en el poder se saldó con un notable empeoramiento de relaciones entre Seúl y Pyongyang, recordó que el régimen lleva "prometiendo la desnuclearización desde los años noventa".

Es el mismo factor que argumentó hoy Tokio, cuyo ministro portavoz, Yoshihide Suga, dijo que se mantendrá la presión diplomática sobre el régimen y aludió a que "ya ha habido diálogo con Corea del Norte en el pasado", y que esto "no condujo a la desnuclearización del país".

El presidente de EEUU, Donald Trump, admitió su optimismo aunque señaló que puede "tratarse de una falsa esperanza" y en un comunicado posterior el vicepresidente Mike Pence dijo que Washington no variará su actitud general hasta que haya "pasos creíbles, verificables y concretos" hacia la desnuclearización.

La última vez que Washington y Pyongyang negociaron de manera bilateral sobre el programa nuclear norcoreano fue a finales de 1993, logrando un acuerdo que saltó por los aires una década después gracias a la actitud poco constructiva de los Republicanos en EEUU o la reticencia del régimen a dejar de producir y vender misiles.

Sin embargo, el recuerdo más amargo corresponde a las llamadas negociaciones a seis bandas para la desnuclearización de la península -en las que participaron las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón- de la pasada década.

Washington declaró las conversaciones oficialmente suspendidas en 2009 después de que Pyongyang pusiera todo tipo de trabas a las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y al resto de protocolos para verificar su arsenal instalaciones e incluso realizara su primera prueba atómica en 2006.

Los pasos seguidos por Pyongyang en este caso han sido considerados como una simple estrategia para ganar tiempo y cosechar progresos en un programa atómico que ha seguido creciendo hasta el punto de que el país parece considerarse hoy como un estado nuclear.

En Corea del Sur todos los medios abrían hoy con la noticia de la oferta norcoreana de diálogo y con la de que las dos Coreas celebrarán en abril su primera cumbre de líderes desde 2007 reflejando esas reticencias hacia el sorpresivo aperturismo de Pyongyang.

Aunque los distintos editoriales mostraron la polarización mediática y política que existe en el país a la hora de abordar los gestos del régimen, el rotativo liberal Joon Ang Ilbo se mostró entre los más moderados al recordar que ahora mismo "no puede haber nada mejor" que esta voluntad de diálogo.

El problema, recuerda, es saber si el régimen "esta siendo realmente sincero" con su propuesta.

FUENTE: EFE