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Las grandes ciudades reiteran su rechazo al partido que gobierna Polonia

Las grandes ciudades polacas votaron hoy en la segunda vuelta de las elecciones locales a partidos de la oposición en detrimento de los candidatos de la fuerza nacionalista de derechas que gobierna Polonia, Ley y Justicia.

Según el sondeo a pie de urna del instituto IPSOS, el candidato independiente Pawel Adamowicz se impuso en Gdansk, mientras que el liberal Bogdan Wenta lo hizo en Kielce y el izquierdista Jacek Majchrowski conquistó la alcaldía de Cracovia, las tres principales ciudades cuyo gobierno se decidía hoy.

Habrá que esperar como mínimo hasta este lunes para conocer los resultados oficiales de la segunda ronda de estos comicios locales, celebrados en 649 municipios, aquellos en los que ningún candidato había logrado la mayoría absoluta en la primera vuelta del pasado 21 de octubre.

La votación se percibe como un primer test para medir el apoyo a Ley y la Justicia (PiS), antes de las generales de 2019 y que hasta ahora se ha mantenido como líder de todas las encuestas con un programa conservador y nacionalista basado en una defensa de los valores tradicionales e importantes ayudas públicas.

Para los detractores de Ley y Justicia, este partido ha iniciado una deriva autoritaria a través de una serie de reformas, entre ellas la polémica reforma del sistema judicial, que han provocado fuertes críticas por parte de la Unión Europea, que incluso ha abierto un procedimiento de sanción contra Polonia por esta causa.

En la primera vuelta de estas elecciones, que incluía también votaciones para las diferentes asambleas regionales, el PiS obtuvo una victoria parcial con 254 escaños en las 16 asambleas provinciales, aunque esta formación nacionalista tampoco logró entonces imponerse en las grandes ciudades.

Por su parte, la alianza liberal que formaron los partidos Plataforma Ciudadana y Nowoczesna obtuvo el pasado 21 de octubre 194 diputados regionales, aunque conquistó las alcaldías de las principales urbes del país sin necesidad de acudir a la segunda vuelta celebrada hoy, entre ellas Varsovia, Lódz y Poznan.

Los resultados de estos comicios reflejan la profunda división que vive Polonia, con grandes ciudades donde los votantes liberales son mayoría, y amplias zonas rurales que apoyan en gran medida al partido gobernante, sin que sus enfrentamientos con la UE o las acusaciones de autoritarismo debiliten por ahora ese apoyo.

De hecho, una hipotética salida de Polonia de la UE centró la campaña electoral estas elecciones locales y regionales, en un intenso final de campaña donde Ley y Justicia insistió en que es una formación europeísta y respetuosa con las normas comunitarias pese a sus continuos enfrentamientos con Bruselas.

A pesar de su derrota en las principales ciudades, ratificada hoy según los sondeos a pie de urna, el líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, valoró positivamente los resultados de su partido tras la primera vuelta, y afirmó que son "un buen augurio" para las generales que tendrán lugar el año próximo.

Lo cierto es que en comparación con los resultados de las pasadas elecciones locales y regionales de 2014, Ley y Justicia ha visto cómo su apoyo en las zonas rurales y pequeñas poblaciones crece, mientras que de nuevo se repite su derrota en las grandes ciudades, de ahí que Kaczynski hable de buenos resultados.

El partido nacionalista ganó con mayoría absoluta las generales de 2015, convirtiéndose en la primera formación en conseguir una mayoría absoluta en la historia de la democracia polaca.

Ese resultado le ha permitido implementar con facilidad sus polémicas reformas y ganarse el apoyo de las capas más desfavorecidas gracias a su política de ayudas sociales.

Otro de los elementos a tener en cuenta de estas elecciones locales y regionales es que los dos principales partidos liberales, Plataforma Ciudadana y Nowoczesna, han demostrado que son capaces de unirse en una coalición contra el PiS, un frente que podría repetirse en las generales.

Esa alianza liberal parece haber sido un revulsivo para la clase media polaca, habitualmente reticente a la hora de acudir a votar en las elecciones, hasta el punto de que la participación registrada en la primera vuelta, que superó el 54%, ha sido la más elevada de unos comicios locales y regionales en la historia de la democracia polaca.

FUENTE: EFE