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Víctimas de acoso o asalto sexual vuelven a sufrir

Desde que afloraron las denuncias contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein, decenas de hombres han sido señalados públicamente de abuso o acoso sexual. Para las mujeres que sufrieron violación, abuso o acoso, cada día es una reedición del infierno a medida que los titulares e historias exasperantes se introducen en la vida cotidiana.

Recuerdos de abusos, de la conducta inapropiada de los colegas e incluso las dudas persistentes sobre si se supo manejar bien ciertas situaciones regresan para provocar sensaciones de vulnerabilidad y nerviosismo. Las víctimas dicen que los ciclos interminables de noticias, mensajes en las redes sociales y detalles perturbadores despiertan sensaciones largamente reprimidas y reabren heridas.

Noelle Rose Andressen fue violada por su abuelo cuando era niña. Al llegar a la adultez, creyó que había superado el trauma, después de años de psicoterapia. Siendo bailarina profesional, incluso hizo una coreografía sobre el abuso sexual para procesar sus sentimientos.

Cuando las acusaciones de agresión y acoso sexual contra Weinstein estallaron en octubre, seguidas por el aluvión de señalamientos similares contra hombres poderosos, Andressen quedó abrumada. Resurgieron sus antiguos sentimientos de miedo, vergüenza e ira, especialmente cuando ella miraba las noticias o leía las interminables historias publicadas en las redes sociales.

"Tuve que desactivar mi cuenta personal de Facebook por un tiempo", dijo Andressen, quien divide su tiempo entre Nueva York y Los Ángeles. "Los amo a todos, pero necesito mi espacio. Sé cuánto puedo aguantar y trato de mantenerme en una burbuja protectora".

Shari Botwin, una asistente social en Nueva Jersey, dice que el torrente de noticias sobre abuso sexual provoca emociones fuertes en mucha gente.

"La gente está muy detonada, ya sea de una manera buena o negativa", afirmó. "La gente tiene más recuerdos, se deprime y acaba reviviéndolo. Para algunos, es algo bueno y les motiva a buscar ayuda. Otros prefieren quedarse callados".

Tampoco es reaccionar solo con depresión. Botwin dijo que algunas víctimas _especialmente las que han sido acosadas en el trabajo_ sienten que es injusto que ciertas mujeres privilegiadas puedan denunciar a sus acosadores y recibir la atención de los medios de comunicación, mientras que las mujeres en empleos regulares se ven obligadas a soportar más de lo mismo.

Para algunos, las historias son indicadores de cambio, señales de que finalmente las mujeres están siendo escuchadas.

"Creo que la gente no se da cuenta, pero cuando alguien habla (de los abusos), te envalentona. No es un ‘Voy a unirme al carro’, sino más bien un empoderamiento", explicó Dawn Skillen, de 43 años y madre de familia en Jacksonville, Florida. Skillen fue abusada por un hombre cuando tenía 5 años y experimentó acoso sexual cuando estuvo en la Marina. Antes de este año, no se enfocaba en ese pasado.

FUENTE: AP