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Nuevo jefe de Comunicaciones Scaramucci busca relanzar el gobierno Trump

El nombramiento de Anthony Scaramucci como director de Comunicaciones de la Casa Blanca parece destinado a transformar el equilibrio de poder en el dividido gobierno de Donald Trump, siempre y cuando logre sobrevivir.

Designado el 21 de julio por el presidente republicano, de quien depende directamente, este financista de Wall Street de 53 años prometió "medidas espectaculares" para detener las filtraciones políticas que hacen las delicias de los medios.

La noche del miércoles, Scaramucci apuntó hacia el jefe de gabinete de la Casa Blanca Reince Priebus, en apariencia acusándolo en Twitter de estar detrás de revelaciones que le atañían directamente.

"A la luz de la filtración de mi información financiera, que es un crimen, voy a contactar al @FBI y el Departamento de Justicia (...) @Reince45", escribió, dirigiéndose a quien se había opuesto a su designación como zar de las comunicaciones.

Sin embargo, Scaramucci borró rápidamente este tuit y negó a AFP haber acusado al alto funcionario y cacique del Partido Republicano.

En CNN este jueves el exempresario neoyorquino reiteró empero que se iba a concentrar en acabar con "filtraciones que son como intrigas de palacio, nefastas, innecesarias, como puñaladas en la espalda".

Sin calmar realmente el clima venenoso entre facciones rivales que reina en la Casa Blanca, agregó: "Si Reince quiere explicar que él no filtra información, que lo haga".

En la ronda de medios en los programas dominicales, Scaramucci había amenazado con "despedir a todos" si seguían apareciendo revelaciones explosivas sobre la Presidencia en los medios estadounidenses.

Su objetivo declarado es reinar en la oficina de comunicaciones, pero debe saber que las filtraciones más dañinas provienen de los escalafones más altos del gobierno.

Durante meses, los medios se han deleitado con detalles sobre el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, el estratega Steve Bannon y el propio Priebus.

Nacido en Long Island (Nueva York) en una familia de inmigrantes italianos de clase media y diplomado en Harvard, con pasado en Goldman Sachs, un fondo de inversión para los clientes ricos, Scaramucci es uno de los grandes donantes del Partido Republicano.

Fue tesorero de la campaña presidencial de Mitt Romney en 2012 y recaudó fondos para Scott Walker y Jeb Bush en las primarias republicanas en 2016 antes de unirse a la campaña de Trump.

Era parte de su equipo de transición.

De impecable presencia y verborrágico, Scaramucci, "Mooch" para los íntimos, nunca ocultó su interés en trabajar en la Casa Blanca. En las últimas semanas no ha cesado de defender a Trump, envuelto en el affaire sobre la supuesta interferencia de Rusia en la elección presidencial de Estados Unidos.

Como nuevo jefe de Comunicaciones de la Casa Blanca, prometió un "nuevo comienzo" con los medios tradicionales, como CNN y el New York Times, a los que el presidente Trump tilda regularmente de "prensa de noticias falsas".

Al subir al podio en la sala de prensa de la Casa Blanca el viernes, día de la dimisión del portavoz de Sean Spicer, Scaramucci exhibió su grandilocuencia: proclamó en varias ocasiones su "amor" por el presidente Trump, a quien incluso comparó con su ilustre predecesor republicano Abraham Lincoln.

Como su jefe, Scaramucci puede ser extremadamente atento fuera de cámaras, como cuando entró a principios de esta semana a saludar al personal de la famosa "West Wing" y a los periodistas acreditados.

Funcionarios de la Casa Blanca dicen que Trump está impresionado por el desempeño de su nuevo jefe de comunicaciones.

Pero para los buenos conocedores de la Casa Blanca, a menudo comparada con un nido de serpientes y minada en esta era Trump por rivalidades varias, Scaramucci debe cuidarse las espaldas.

FUENTE: AFP