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Movilización mundial e incidentes en París en víspera de cumbre sobre el clima

Movilizaciones en los cinco continentes reclamaban este domingo un acuerdo contra el cambio climático la víspera de la cumbre de París, donde manifestantes pacíficos y grupos violentos desafiaron el estado de emergencia decretado tras los atentados yihadistas del 13 de noviembre.

Los negociadores de 195 países iniciaron las discusiones de la conferencia del clima (COP21) observando un minuto de silencio por las 130 víctimas de esos ataques.

El cónclave que busca un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero durará hasta el 11 de diciembre.

"Está en sus manos tener éxito y estoy seguro de que lo lograrán", dijo el ministro peruano de Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, presidente de la conferencia climática anterior, al iniciarse la sesión.

Para subrayar la importancia de lo que está en juego, cerca de 150 mandatarios -entre ellos los de Estados Unidos, China, Rusia, Brasil, México e India- participarán el lunes en su lanzamiento oficial.

La cita puede servir también para todo tipo de encuentros bilaterales en un mundo con sangrientos conflictos abiertos, empezando por la amenaza yihadista en Siria e Irak, que provocó esta semana un serio incidente entre dos teóricos aliados, Moscú y Ankara.

Las agendas climática y de seguridad también confluyen en las calles de París.

Al grito de "Estado de emergencia, Estado policial", varios centenares de manifestantes, muchos de ellos encapuchados, lanzaron proyectiles contra la policía, que replicó con granadas de gases lacrimógenos.

Unas cien personas fueron detenidas en esos incidentes.

En la cadena humana, miles de personas se dieron la mano a lo largo del bulevar Voltaire, en el este de París, y rompieron filas delante de la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo el más letal de los atentados (90 muertos).

En esa protesta, las consignas ambientalistas se mezclaban con el desafío a quienes sembraron la muerte en la ciudad.

"No les tememos a los terroristas ni a las multinacionales", proclamaba una pancarta colgada del cuello de una mujer, en referencia a los grandes grupos industriales acusados de acelerar el cambio climático.

"¡Por un clima de paz!", rezaban otros carteles cerca del Bataclan.

Unos 600 espacios publicitarios fueron pirateados por activistas que los reemplazaron por afiches de 80 artistas de 19 países, que denuncian "las mentiras" de las grandes empresas que patrocinan la cumbre del clima.

Las movilizaciones por el clima abarcaron desde Australia, donde decenas de miles de personas salieron a las calles, hasta México, pasando por Asia, Europa y África.

El objetivo: exigir medidas que impidan transformaciones irreversibles como grandes sequías o la elevación del nivel de los océanos, que según los estudios de referencia ocurrirán inevitablemente a lo largo de este siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan a su nivel actual.

En Madrid, unas 10.000 personas participaron en la marcha que arrancó en el ayuntamiento de Madrid, en la plaza Cibeles, y llegó hasta la Puerta del Sol.

Entre los mensajes se podía leer "La Tierra es tu hogar" y "Ayúdame, Ayúdate".

En Londres, miles de personas y numerosos artistas exigieron que esta Conferencia no se salde con un fracaso como ocurrió con la de Copenhague en 2009.

"Este clamor popular tiene que ser oído. Esta cumbre histórica tiene una importancia vital", declaró a la AFP la actriz Emma Thomson.

"La amenaza es seria, hay que actuar. Si somos lo bastante numerosos, los políticos tendrán que escucharnos", dijo por su lado el músico Peter Gabriel.

Un total de 183 países han presentado ya compromisos de reducción de gases con efecto invernadero, algo sin precedentes, destacó el canciller francés Laurent Fabius, aunque faltan grandes productores de petróleo.

Los científicos advierten que si el planeta sufre un aumento de su temperatura media de más de 2 ºC respecto a los niveles de la era preindustrial, los efectos serán irreversibles.

Para no sobrepasar ese límite, para fijarse compromisos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y para fijarse controles y ayudas mutuas, los miembros de la COP (conferencia de las partes, en inglés) decidieron en 2011 que debían cerrar un acuerdo en 2015.

El acuerdo de París, de alcanzarse, entraría en vigor en 2020.

"Las condiciones para que [la COP21] sea un éxito están reunidas, pero no está ganado de antemano", advirtió Fabius, que este domingo dijo tener un "optimismo cauto y activo".