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En Harare, el ejército dispara balas reales contra manifestantes que claman fraude

Ante policías antidisturbios desplegados frente a las oficinas de la Comisión Electoral en Harare, un partidario de la oposición enarbola un cartel que reza "No al conteo fraudulento". Los manifestantes, que gritaban contra un supuesto fraude en las elecciones generales del lunes, encienden una pequeña fogata sobre el asfalto y, rápidamente, la situación degenera.

La policía utiliza cañones de agua, luego gases lacrimógenos. Los contestatarios reponden con pedradas.

Rápidamente, camiones militares circulan por la ciudad y de ellos bajan soldados con uniforme de camuflaje que comienzan a disparar balas reales. Un militante opositor es alcanzado por un proyectil y muere en plena calle. Otro, tendido en el suelo, es golpeado con saña.

Más tarde se informa de otros dos muertos, los tres son confirmados por la policía.

"Ustedes dicen que son mejores que Mugabe, pero están hechos a la imagen de Mugabe", grita un joven aludiendo al régimen de Emmerson Mnangagwa, quien sucedió en noviembre, con la ayuda del ejército, a Robert Mugabe, obligado a renunciar tras ejercer el poder con mano de hierro durante 37 años.

El presidente saliente no tardó mucho en responsabilizar a los manifestantes opositores de "perturbar la paz nacional", así como de "toda muerte, herido o daños materiales" que se produzcan.

Mnangagwa, exbrazo derecho del propio Mugabe, había prometido este año elecciones libres, pacíficas y justas, en tanto las consultas bajo el viejo régimen estuvieron siempre marcadas por fraudes y violencia.

Este miércoles, con la intervención del ejército para aplacar las manifestaciones postelectorales, su promesa quedó invalidada.

Todo comenzó este miércoles de mañana con el anuncio oficial de la amplia victoria del Zanu-PF, partido en el poder desde la independencia del país en 1980.

Esto cayó como un balde de agua fría para el partido opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), que la víspera había reivindicado una "victoria brillante".

Los resultados oficiales de las presidenciales, que definirán la victoria del actual jefe del Estado, Mnangagwa, o del líder opositor, Nelson Chamisa, todavía no se conocen, pero este último ya advirtió que están siendo trucados.

Éste acusa a la Comisión electoral de preparar "resultados falsos para las presidenciales". "Hemos ganado el voto popular y lo defenderemos", asegura en su cuenta en Twitter.

Ante la sede del MDC, centenares de hombres y mujeres se acercan para expresar su apoyo. Bailan y cantan y exhiben retratos de su joven líder (Chamisa tiene 40 años), bajo la mirada de los policías antidisturbios.

La ira monta y se desplaza hacia las oficinas de la Comisión electoral, en la ocasión instaladas en el hotel Rainbow Towers, donde se recopilarán todos los votos.

"No queremos falsas elecciones", reza una pancarta levantada por un manifestante, en tanto la policía bloquea la entrada del hotel.

Militantes opositores levantan barricadas con ladrillos, bloques de hormigón, piedras, quioscos de diarios, y queman papeles y trozos de madera al grito de "¡Chamisa!". Otros destruyen carteles de señalización vial.

Frente al hotel Rainbow Towers, el cara a cara se prolonga, para después convertirse en choque. Disparos de armas automáticas resuenan en toda la ciudad.

Los manifestantes huyen. Algunas mujeres con sus bebés colgados sobre la espalda corren desesperadas con los pies descalzos.

El acceso al MDC es por completo bloqueado por la policía antimotines. Un helicóptero militar sobrevuela la ciudad que poco a poco se vacía.

"Desplegar al ejército significa que gobiernan con mano de hierro", estima un vendedor de verduras, Mazvinetsa Muradzikwa, de 24 años. "Estamos en un Estado militar", añade.

FUENTE: AFP

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