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Europeos liberan a primeros yihadistas; ¿están preparados?

En los próximos dos años, personas condenadas por terrorismo abandonarán cárceles europeas de a decenas: Más de 200 reos que constituyeron la primera camada de yihadistas europeos que combatieron en Siria e Irak con la ilusión de crear un califato islámico.

En total, unos 12.000 europeos se unieron a las fuerzas de la organización Estado Islámico y al-Qaida. Se cree que una tercera parte regresaron a sus países y están mayormente libres. Algunos esperan juicio, mientras que la mayoría nunca fue enjuiciada por falta de pruebas.

Muchos vieron sus planes frustrados y se quedaron mascullando su rabia.

¿Qué peligro representan estos extremistas confesos que viven en Europa y qué tan bien equipadas están las autoridades para controlarlos? La respuesta ha sido bastante improvisada.

La inminente excarcelación de viejos yihadistas puede ser considerada una “cuarta ola de combatientes que regresan”, según Rik Coolsaet, experto del Instituto Egmont de Bélgica.

“Hay muchas frustraciones personales que impulsaron a estos chicos a unirse a ISIS que tenemos que resolver”, expresó Coolsaet. “Si no lo hacemos ahora, el ambiente seguirá siendo propicio para este tipo de violencia yihadistas”.

Farid Benyettou, un ex yihadistas que estuvo cuatro años preso y renunció públicamente a la violencia, cree que Europa no está preparada para enfrentar esta situación.

Benyettou, quien se dio a conocer como el “imán Voltaire” cuando dejó los estudios y empezó a predicar la fe musulmana, escribió un libro detallando el proceso por el que desembocó en el extremismo islámico.

Entre los miembros del grupo que alguna vez dirigió figuraron Cherif y Said Kouachi, que abatieron a tiros a 12 personas en las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en el 2015.

La pregunta obligada ahora es: ¿Los condenados por terrorismo que están a punto de recuperar la libertad son como Benyettou, como los Kouachis o algo intermedio?

“Estos tipos que están presos hoy o que esperan juicio saldrán algún día” de la cárcel, declaró Benyettou a la Associated Press. “¿Qué tipo de preparación hay para cuando se los excarcele?”.

Las sentencias promedio por terrorismo en Europa eran de seis años hasta hace poco, comparado con los 13 años que se aplican en Estados Unidos, de acuerdo con información de Europol. Desde el 2015, las sentencias aumentaron, pero siguen siendo más cortas que las de Estados Unidos.

“El peligro es la posibilidad de que reincidan. No hay que confiarse demasiado de los terroristas que dicen que están arrepentidos”, afirmó Catherine Champrenault, fiscal general de París, en declaraciones recientes al diario Le Monde.

Francia, que ha sido golpeada varias veces por combatientes del Estado Islámico, excarcelará a 57 reos, la mitad de su actual población de condenados por terrorismo. En Gran Bretaña, donde casi la mitad de las condenas por terrorismo son de cuatro años o menos, 25 reclusos van a ser liberados. En Bélgica, 80 combatientes extranjeros confesos ya están libres y pronto se les sumarán otros 44. En España, 21 de 34 extremistas que regresaron fueron liberados a fines del año pasado. Y en Bosnia y Kosovo, todos los combatientes extranjeros presos serán excarcelados.

Tan solo en esos países, serían unos 200 los reclusos a ser liberados, según la cuenta de la AP.

La cifra total es seguramente más alta ya que no todos los países informan sobre las excarcelaciones, incluida Alemania, donde cerca de 1.000 personas partieron a las zonas en conflicto.

El ataque más reciente atribuido a combatientes que regresaron del exterior se produjo en marzo del 2016, cuando una célula de yihadistas de Estado Islámico detonó bombas suicidas en el aeropuerto de Bruselas y en el metro. La misma red ya había atacado un tren de alta velocidad que cubría el trayecto entre París y Bruselas en agosto del 2015 y había orquestado un brutal atentado en París en noviembre del 2015. En total esa célula mató a 162 personas.

De todos modos, la gran mayoría de los yihadistas que regresaron no fue detenida ni causó daño alguno.

Muchos de estos extremistas europeos son jóvenes y pobres, tienen pocos estudios y se sienten marginados por la sociedad.

Cuando salgan de la prisión, no hay programas ni políticas para ellos.

Francia les impone una serie de restricciones, que van desde el requisito de que se presenten periódicamente a las autoridades --como en el caso de Benyettou-- hasta el arresto domiciliario.

En Bosnia, donde los 23 condenados por terrorismo saldrán de la cárcel, el ministerio de justicia dijo que se notifica a las autoridades locales, trabajadores sociales y agencias de empleo, pero que no se puede hacer mucho más.

Gran Bretaña ofrece limitada asesoría y control de estas personas, y cuenta con un programa de reinserción en la sociedad.

España está ensayando un programa de “re-educación y reinserción” desde el 2016 en el que se evalúa el riesgo que representa una persona y se le da asesoría. Pero el gobierno dijo que solo 10 de 146 presos por extremismo se han sometido a ese publicitado programa.

Para Benyettou, el apoyo recibido mientras planificaba su futuro fue clave para renunciar al extremismo. Estudió primero enfermería pero vio esfumarse ese sueño tras los ataques de Charlie Hebdo. Ahora se prepara para ser camionero.

“Todos sufrimos tropiezos en la vida y no conseguimos cosas que nos proponemos. Para mí, todo eso es el pasado”, manifestó. “Te recuperas y tratas de hacer algo más que caer de nuevo en la lógica de la víctima”.

Muchos creen que eso es precisamente lo que los europeos no están preparados para hacer con la próxima camada de condenados por terrorismo.

“Se los coloca de vuelta en las mismas circunstancias que los empujaron al extremismo”, afirmó Richard Barrett, un experto en terrorismo del Soufan Group. “Lamentablemente, se van a conseguir los mismos resultados”.

FUENTE: AP