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El Ébola cambia las costumbres tradicionales en Mali

La muerte de una niña de dos años el pasado viernes por el ébola ha sembrado el pánico entre la población de Mali y comienza a influir en sus costumbres tradicionales.

"Para un país con una fuerte tradición oral y de festividades familiares, se impone un cambio de comportamiento en tiempos de epidemias", indicó a Efe el médico maliense, Abdoulaye Diallo, quien aseguró que los hábitos sociales pueden ser fuente de riesgo y por ello ciertas costumbres han comenzado a modificarse.

Desde que se conoció la muerte de la pequeña muchos son los malienses que por precaución ya no se lavan las manos en el mismo recipiente, no comen en grupo y en el mismo plato, evitan que los niños jueguen juntos en la calle y modifican rituales funerarios.

La inquietud por el alcance del virus, alimentada en las redes sociales y por la precariedad de los servicios de higiene públicos y la falta de infraestructuras sanitarias, ha llevado incluso a algunos malienses a no saludarse apretándose las manos, contentándose simplemente con levantarlas al aire.

Y si existe una carencia de infraestructuras también las hay en la formación de los equipos médicos ante este tipo de casos, como bien explican fuentes del hospital de Kayes, en el oeste de Mali y donde se hospitalizó a la pequeña.

"Los médicos y sus asistentes no estaban preparados para recibir un caso de ébola", comentan las fuentes, mientras que un testigo, que pidió el anonimato, asegura que la falta de comunicación sobre lo que estaba sucediendo provocó una situación de histeria en el centro médico y varios pacientes intentaron huir.

La niña residía en Guinea y fue allí donde contrajo la enfermedad, pero tras el fallecimiento de su padre y de su abuela paterna en circunstancias desconocidas, ya que no se les practicó ninguna autopsia, la familia envió a la pequeña a Mali acompañada de su abuela materna.

Tras su muerte, los ciudadanos han tenido especialmente cuidado en las zonas por las que paso la niña en su viaje de Conakry hasta Kayes, a 500 kilómetros al oeste de Bamako, ya que las consideran lugares con mayor posibilidades de posibles contagios.

Según Gabriel Touré, empleado de limpieza en un hospital de Bamako, "los buscadores de oro ya no se acercan a la frontera entre Mali y Guinea y cuando llega un enfermo de esta zona los médicos desconfían".

Varios ciudadanos critican la falta de información sobre el virus y el hecho de que lo poco que se conoce no se transmita en los distintos idiomas nacionales del país, por lo que proponen que para acceder a la población el Ministerio de Sanidad se apoye en los pregoneros y jefes de las tribus.

Por el momento, el Gobierno ha tomado todas las medidas a su alcance para evitar la propagación del virus y ha lanzado una campaña informativa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó hoy que 82 personas se encuentran en observación en Mali por haber estado en contacto con la pequeña, aunque por ahora no se ha detectado ningún síntoma del virus en ellas.

Un grupo de expertos de la OMS se ha trasladado a Mali para ayudar en las tareas de detección y control de eventuales contactos del ébola, un virus que ya ha causado casi 5.000 muertos y más de 10.000 infectados.

FUENTE: EFE