Estados Unidos instó a Israel y a los palestinos a no sacar ventaja de la crisis provocada por el secuestro de tres jóvenes israelíes en Cisjordania, uno de los cuales era también residente estadounidense.
" Mientras se desarrollen las investigaciones (...) exhortamos a las dos partes a dar muestras de prudencia y evitar medidas que podrían desestabilizar las cosas ", dijo la portavoz del departamento de Estado, Jennifer Psaki.
La funcionaria precisó que el "mensaje" había sido transmitido tanto a los palestinos como a los isarelíes, a los que, además, pidió " cooperar en materia de seguridad " para dar con el paradero de los adolescentes secuestrados y con sus captores.
Psaki saludó también la "fuerte declaración" del presidente palestino, Mahmud Abas, quien ante la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en Yedá, Arabia Saudí, acusó a los autores del secuestro de querer "destruir" a los palestinos.
" Sabemos que es un momento difícil sobre el terreno ", agregó Psaki, haciendo alusión a las acciones tomadas por el ejército israelí.
En el sexto día de una operación bautizada como Guardianes de nuestros hermanos, el ejército detuvo durante la madrugada del miércoles a 65 palestinos, llevando a 240 el número de detenciones desde el secuestro de los adolescentes el 12 de junio.
La mayoría son militantes y dirigentes del movimiento islamista Hamas, entre ellos el presidente del Parlamento palestino, Aziz Dweik.
Los tres israelíes, uno de 19 años y dos de 16, fueron secuestrados según la prensa israelí, cerca del Gush Etzion, una zona de colonias situada entre las ciudades palestinas de Belén y Hebron controlada por Israel.
El departamento de Estado confirmó que uno de los tres jóvenes también tiene nacionalidad estadounidense y que funcionarios de ese país están en contacto con su familia.