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Duterte promete seguir con la "guerra antidroga" en su discurso anual

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió hoy en su discurso sobre el estado de la nación seguir con la "guerra antidroga" a pesar de las críticas y reconoció la difícil situación de las tropas en el conflicto con yihadistas en el sur del país.

"Me he propuesto que, sin importar cuánto tiempo lleve, la guerra contra las drogas ilegales continuará", dijo Duterte ante el Parlamento, en el segundo discurso sobre el estado de la nación (SONA, por sus siglas en inglés) que pronuncia desde la investidura, el 30 de junio de 2016.

El líder de 72 años, que al inicio del mandato prometió acabar con las drogas y el crimen en seis meses, remarcó en su alocución de unas dos horas que "la lucha será implacable" y "no se detendrá a pesar de las presiones nacionales e internacionales".

Asimismo, instó a los narcotraficantes a elegir "entre la cárcel y el infierno" y retó a quienes le critican a participar en un debate cara a cara sobre la operación que lleva más de 7.000 muertos, la mitad de ellos sospechosos abatidos por policías.

"No permitiré la destrucción de la juventud ni la desintegración de las familias a manos de criminales", afirmó Duterte, en el que ha sido el discurso sobre el estado de la nación número 79 de un jefe de Estado filipino desde la primera edición en 1935.

El mandatario desató en varias ocasiones las risas de los presentes en el complejo Batasang Pambansa (sede del Parlamento en Ciudad Quezón, en el norte de Metro Manila), entre ellas cuando imitó la voz del presidente estadounidense, Donald Trump, en la conversación telefónica que mantuvieron y en la que el segundo elogió la "guerra antidroga" filipina.

Duterte ofreció palabras de apoyo a los soldados que desde hace dos meses combaten contra yihadistas afiliados al Estado Islámico (EI) en la ciudad sureña de Marawi, en el oeste de la isla de Mindanao, en un conflicto que acumula más de 550 muertos.

Reconoció, sin embargo, que la victoria se retrasa por la imposibilidad de realizar ataques contundentes en los cuatro barrios controlados por los rebeldes donde, aseguró, "todavía hay 300 civiles atrapados".

El mandatario tuvo duras palabras contra las compañías mineras que operan en el país y que, a su juicio, incumplen las normas medioambientales y causan daños ecológicos.

"Os voy a matar a impuestos", amenazó Duterte a las mineras, de las que dijo que "destruyen los medios de vida de la gente pobre" de Filipinas.

Mientras, en las calles de Ciudad Quezón se manifestaron varios grupos a favor y en contra del polémico mandatario.

Bajo la etiqueta "Falso SONA", grupos anti-Duterte -desde asociaciones de estudiantes hasta organizaciones sociales y religiosas, pasando por políticos de la oposición y obispos- convocaron a miles de personas en una protesta con discursos, actividades culturales y misas.

Duterte, que como es habitual incluyó algunos tacos e insultos en su alocución, pronunció su segundo SONA con la comodidad que le otorga una amplia mayoría en el Parlamento y el apoyo a su gestión de más del 80 por ciento de la población, según las últimas encuestas.

FUENTE: EFE