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Católicos chinos "rezan por lo mejor" luego del acuerdo del Vaticano con Pekín

Los católicos de china reciben el anuncio del acuerdo China-Vaticano con sentimientos encontrados: algunos de la Iglesia "clandestina" siguen desconfiando del gobierno chino, otros "rezan por lo mejor".

En la catedral de la capital, los parroquianos acudieron a la misa de este sábado por la tarde. En los bancos algunos ignoraban todo sobre el histórico acuerdo entre la Santa Sede y el gobierno comunista de China, destinado a saldar décadas de disputa sobre el nombramiento de los obispos en el país, un tema muy espinoso.

Poco después, la Santa Sede anunciaba que el Papa reconocía a siete obispos nombrados por el gobierno chino, un giro que podría llevar a un acercamiento por primera vez desde que las dos partes rompieran relaciones en 1951.

Las reacciones de los fieles no eran unánimes este sábado en un país con 12 millones de católicos, entre los que consideraban este anuncio como un compromiso de la Santa Sede y los que lo califican como una traición a los que se mantuvieron leales al Vaticano.

Los 12 millones de católicos chinos, muy minoritarios en un país con 1.500 millones de habitantes, profesan su fe divididos desde hace décadas entre una Iglesia "patriótica", controlada por el régimen comunista, y otra clandestina que reconoce la autoridad del Papa.

En la catedral situada en el corazón de Pekín, los feligreses parecían no estar al tanto del acuerdo.

Se celebró durante la misa el bautismo de 80 personas. El obispo Joseph Li -sancionado tanto por el Vaticano como por Pekín- pronunció una homilía sobre el tema de la lealtad y la fe.

Luego de ser informados por la AFP del acuerdo, muchos de los parroquianos permanecieron indiferentes.

"Como seguidor de la iglesia, rezo por lo mejor", dijo una parroquiana dando sólo su nombre, Magdalene.

Otros esperaban que el gobierno y la religión puedan tener espacios diferentes.

"Nuestra religión debe rezar por Dios y apoyar la soberanía del gobierno, pero nuestra Iglesia debe mantenerse al margen del gobierno", dijo a AFP Paul Yu luego de la misa.

En Shanghái sucedía lo mismo, los creyentes dijeron no haber escuchado nada sobre el acuerdo.

Pero aquellos con vínculos con la Iglesia "clandestina" dicen que parece que el Vaticano hace concesiones a China con la esperanza de tener una mejor relación, lo que podría ser un esfuerzo fútil porque Pekín no hará caso a largo plazo.

"Quizás este acuerdo resuelva el problema de los siete obispos", dijo un sacerdote conectado a la Iglesia "clandestina".

"Pero en lo que respecta la elección de obispos en el futuro, no resuelve un problema fundamental, y no ayuda a mejorar la situación de la Iglesia", dijo.

El clero en China es designado por el Partido Comunista. En el pasado, el Vaticano aceptó a obispos nombrados por el gobierno.

Un sacerdote de la Iglesia "clandestina" en la provincia de Hebei dijo que la congregación siempre fue leal al Vaticano, y que seguiría siéndolo.

"Hay algunos miembros de la Iglesia y curas que lo aceptan, y otros que no, porque desconfían del Partido Comunista", dijo este sacerdote que pidió no ser identificado.

"Dudan de la sinceridad del gobierno", añadió, señalando que algunos miembros de su parroquia trabajan para las autoridades como "espías".

FUENTE: AFP