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A los 31, Ryan Coogler alcanza la cima con "Black Panther"

Ryan Coogler se sintió abrumado con “Black Panther”.

Era apenas su tercer largometraje, y con tan solo 30 años estaba haciéndola con el estudio más poderoso de Hollywood bajo enormes expectativas culturales y un presupuesto de 200 millones de dólares.

Y realmente no quería “apestar”, dijo él mismo.

El nativo de Oakland, California, incursionó en el cine casi de pasada cuando un profesor de narrativa en la St. Mary’s College en Moraga, California, donde estudiaba con una beca de fútbol americano, le sugirió que probara escribir guiones. Él pensaba jugar al fútbol y ser médico, quizás, para ayudar a su comunidad. Pero esta idea de ser cineasta se enraizó y, tras hacer un chapoteo en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California, se había consolidado como uno de los directores jóvenes más prometedores y vibrantes.

Su primer largometraje, la cinta indie “Fruitvale Station”, sobre las últimas 24 horas de Oscar Grant III, lo colocó en el mapa al recibir los premios del gran jurado y la audiencia en Sundance en el 2013, así como galardones de un puñado de grupos de críticos y un premio Spirit del cine independiente.

Su segundo filme, la cinta derivada de “Rocky” “Creed”, lo colocó en otro nivel. La película costó 35 millones de dólares, recaudó más de 173 millones alrededor del mundo y revitalizó una franquicia para Warner Bros.

Es el tipo de doble golpe que hizo que gente que ni siquiera lo conocía en ese entonces, como la actriz Danai Gurira, se sintiera orgullosa.

“Estuve en Sundance al mismo tiempo que él estuvo ahí con ‘Fruitvale Station’. Sentí tanto respeto y orgullo”, dijo Gurira. "No lo conocía aún pero estaba orgullosa de él, de lo que había hecho y de cómo avanzó en el mundo y contó historias que necesitan ser contadas".

Aun así, “Black Panther” representaba un gran salto, incluso si las probabilidades de “apestar” eran pocas. Coogler estaba acostumbrado a hacer películas personales a su propio ritmo. Esta era una bestia diferente, con efectos visuales, un gran elenco y escenas que harían a cualquier cineasta veterano sudar frío.

“Este es el primer proyecto que he hecho en el que siento que tuve que estar en paz con el hecho de que jamás estaría absorto en mi trabajo”, dijo Coogler. “Tenía que descubrir cómo permitirme descansar. Uno podría trabajar 24 horas al día y no sería suficiente para una película como esta. Hay tantas cosas pasando y tantas decisiones por tomar”.

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