El ruso Sergey Kovalev tumbó en el primer asalto al veterano Bernard Hopkins, camino a llevarse una amplia decisión unánime en 12 vueltas, para convertirse en campeón mundial unificado de los pesos semipesados, la noche del sábado en Atlantic City, Nueva Jersey.
Kovalev, de 31 años, sumó a su corona de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) las de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) que le arrebató a Hopkins, quien cumplirá 50 años en enero próximo.
El ruso, de 31 años, se llevó dos tarjetas de los jueces por margen de 120-107 y otra de 120-106.
"Le he ganado a un gran campeón", dijo Kovalev. "Respeto mucho a Hopkins, pero ya es hora de que cuelgue los guantes y le de paso a las nuevas generaciones. Es hora de que se cuide".
El estadounidense Hopkins, el campeón del mundo más viejo en la historia del boxeo, tiene ahora registro de 55-7, dos empates y 32 nocáuts, mientras el 'Krusher' Kovalev se mantiene invicto en 26 peleas, 23 de ellas ganadas por la vía de la anestesia.
Pese a lo desbalanceado de las tarjetas, la pelea estuvo llena de pasajes emocionantes, que en más de una ocasión levantaron de sus asientos a la fanaticada de la arena Boardwalk Hall de Atlantic City en Nueva Jersey.
Hubo rudos intercambios de golpes, con un Kovalev imponiendo su juventud y mayor pegada, y un Hopkins que se lanzó a un último asalto suicida, recibiendo fuerte castigo en aras de conseguir un golpe que cambiara la inevitabilidad de su derrota.
Pese al revés, el norteamericano negó estar pensando en el retiro.
"Estoy en estos momentos 50-50 indecido, No quiero hacer ahora una decisión. He representado bien al boxeo y a mi ciudad natal Filadelfia", declaró Hopkins.
Fue la clásica pelea entre juventud y experiencia. Sobre el cuadrilátero, estuvieron además los 494 asaltos que ha boxeado Hopkins en su carrera profesional, por sólo 72 el ruso.
Cuando Hopkins debutó en el boxeo profesional en esta misma ciudad de Atlantic City, el 11 de octubre de 1988, Kovalev tenía apenas cinco años y la gasolina en Estados Unidos estaba a 95 centavos el galón.
Pero Kovalev obvió el amplio bagaje de su rival y le superó en toda la línea, para llevarse los 12 asaltos sin mayores complicaciones, salvo dos o tres pasajes en los que el "Extraterrestre" logró colar algunos golpes sólidos.
Fue la derrota más aplastante en la carrera de Hopkins, quien supo exactamente que se había metido en la boca del lobo cuando mediado el primer asalto cayó de rodillas a la lona al recibir un potente derechazo del ruso en la cabeza.
Tras saborear la pegada de Kovalev, "B-Hop" trató de poner distancia, en busca de un resquicio donde colar su peligroso gancho de izquierda, mismo con el que liquidó a Oscar de la Hoya en septiembre de 2004, fecha de su último nocáut.
Pero el ruso estuvo alerta todo el tiempo y nunca levantó más de lo debido el codo que protegía su zona hepática.
Mientras, fue desgastando a Hopkins con un golpeo salvaje, reafirmando lo que escribió de su pegada un periodista de su país: "Donde Kovalev pone su mano derecha, jamás nace pelo".
A la altura del 7º round se escuchó a la esquina de Hopkins pedirle que levantara el ritmo y se alejara de las cuerdas. Dos asaltos después, su entrenador Nazim Richardson le confesó: "Sólo un golpe nos salvaría".
Desde el 9º asalto, Hopkins trató de buscar el golpe de la suerte, pero Kovalev encajó con mucha flema todos los telegramas.
"Le he dado a los fanáticos lo que querían ver. Yo quería dar un golpe, esperando mi momento, y por eso saí a pelear casi de forma suicida el último round. Soy un loco. Soy el Alien", dijo Hopkins sobre el encordado.
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